26 de diciembre – Botón

«No harán mal ni dañarán con en todo mi santo monte, porque toda la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.» Isaías 11:9 (RVR)
Todos los judíos anhelan el reino de Jehová. porque va a ser un reino donde ellos, según los profetas, van a tener la preeminencia. Y será un reino sin igual, un reino donde sólo habrá justicia y salud. Era y es el deseo más preciado de los judíos. Un lugar sin odios donde ellos puedan gozar con Dios de paz y prosperidad. En medio de tanta guerra y odio, ellos anhelan este reino.
Es difícil imaginarse hoy una situación así. Cuesta creer que pueda existir algún lugar donde nadie haga mal, donde no se rompa nada, ni se robe, ni se lastime, ni se cometan injusticias.
Hoy vivimos una realidad totalmente distinta. Y es imposible que tengamos una vida sin saber lo que es un daño, es un dolor, una frustración. Estamos acostumbrados a sufrir. Y cada vez, la situación se vuelve peor.
Pero Dios prometió un reino de paz. Y Dios siempre cumple lo que promete. Isaías nos reafirma esta gloriosa esperanza. Dentro de poco, Dios va a instaurar su reino de perfección, que hoy está marginado de la tierra por una sola razón.
Ese reino es posible únicamente cuando toda la tierra sea llena del conocimiento de Dios. Solamente cuando cada persona sea consciente de la sublime presencia de Dios, y respete a Dios, como Él es digno, va a ser posible que haya un reino de justicia y amor en la tierra.
Como están dadas las cosas, vamos a tener que esperar hasta el reino milenial, después de la gran tribulación para ver esto hecho realidad. Pero mientras tanto, es necesario que en donde vos estás viviendo, estudiando, trabajando, jugando, puedan ver que es posible vivir sin hacer daño. Incluso que es posible vivir actuando con justicia y amor.
Es tu deber como cristiano, anticipar un poco del reino de Dios a tus vecinos. Es necesario que en tu barrio, en tu colegio, tus amigos, las chicas del club, se enteren de que hay una vida mejor que es posible alcanzar.
El futuro reino de paz de Dios está por llegar, pero es tu responsabilidad anticiparlo.
REFLEXIÓN — Para muestra, basta un botón.

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