11 de Noviembre – Prioridades
“Ya que todo será destruido de esa manera, ¿no deberían vivir ustedes como Dios manda, siguiendo una conducta intachable?” 2 Pedro 3:11 (NVI)
Prioridades
Escuché de una estadística que dice que en Argentina el 90% de las personas menores a 45 años no consideran la muerte como un tema significativo. Este pensamiento impacta directamente en su salud porque no tienen ningún cuidado o prevención en este sentido.
El comentario venía a explicar una conducta que vemos con cada vez mayor frecuencia en los excesos y abusos que los adolescentes y jóvenes están viviendo. Los comas por abuso de alcohol o la mezcla de drogas y alcohol los fines de semana está generando más muertes que los accidentes automovilísticos. Es habitual el juego de quién puede beber más, sin importar las consecuencias. Se busca siempre exceder el límite y parece que quien lo rompe más rápido o más veces es el mejor. Con semejante paradigma de vida, es difícil explicar el principio bíblico del cuidado y la prevención. Si hoy es tan común vivir localmente y sin límites, ¿cómo plantearle a un adolescente que Dios demanda cuidado y santidad en la vida? ¿Cómo pedirle a un joven que no rompa los límites que todos quiebran?
Pedro nos presenta este argumento supremo. Si estuvieras en el Titanic que ya comenzó a hundirse y te dijeran que tenés 5 minutos para subirte al último bote salvavidas, ¿dormirías una siesta? ¿Pasarías por el bar a buscar una copa? ¿Jugarías un partido más en la play? Creo que saldrías corriendo con lo puesto para ocupar ese lugar. Yo haría eso. No me preocuparía mi ropa, ni mi calzado, ni si combinan los colores o el peinado. Prioridades y urgencias.
Pedro sabía que Jesucristo iba a regresar a buscar a su Iglesia. Hoy pensamos igual que aquellos hombres. Pasaron dos mil años desde que Cristo prometió volver y todavía no pasó nada. Entonces desestimamos su promesa.
¿Qué harías si supieras que Jesucristo viene en tres horas? ¿Y si viniera en dos días? Si tu respuesta no es predicarles a tus familiares y amigos más cercanos para que se salven, tu situación espiritual es preocupante. Si tu respuesta fue predicarles, y no lo estás haciendo todavía, ahora es un muy buen momento para empezar. ¡Porque la promesa de Dios se va a cumplir y puede que sea mientras estás leyendo esto!
REFLEXIÓN – La realidad te está apurando.
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