2 de Mayo – Ídolos
“Hijitos, guardaos de los ídolos.” 1 Juan 5:12 ( NVI)
Ídolos
En el Antiguo Testamento Dios fue determinante con el pueblo de Israel, les prohibió adorar a otros dioses o imágenes. No fue una orden blanda, fue una exigencia absoluta. Encontramos advertencias para el pueblo de Israel en todos los libros del AT, avisándoles que si dejan a Dios para servir a otros dioses, Dios les enviaría calamidades y problemas. Pero la orden de Dios se origina en que Dios quiere exclusividad porque es un Dios celoso y no está dispuesto a compartir el corazón del hombre con ninguna otra cosa. Él quiere y merece ser lo más importante.
¿Es Dios lo más importante y lo primero en tu vida? Juan nos recuerda la importancia de cuidarnos de los ídolos. Hoy también existen ídolos que quieren tomar el lugar de Dios, como por ejemplo un cantante famoso, un jugador de fútbol, el estudio, el trabajo, la familia, la diversión, el ocio, la música. Son todas cosas lícitas y muy buenas que debemos hacer y practicar.
El problema surge cuando estas cosas lícitas ocupan el lugar que Dios merece. Es importante estudiar y progresar y debo hacerlo a conciencia (porque Dios me lo pide así), pero si por el estudio dejo de estudiar la Biblia, de leer y de tener comunión con mis hermanos, hice una mala decisión.
Nada de esto aparece de la noche a la mañana. Los isrealitas no dejaron de adorar a Dios para adorar a Baal de un día para el otro. Todo empezó con pequeñas concesiones, pequeños permisos. Uno dice “total no me hace mal, yo sé cuándo decir basta, soy grande y sé elegir”. Así empezaron a olvidarse de Dios.
Nadie se enfría en pocos días sino es un proceso largo de indiferencia gradual. ¿Te da lo mismo estar en la casa de Dios o faltar? ¿No tenés ganas de leer la Biblia? ¿Hace mucho que no orás? ¿Te pesa obedecer los mandamientos de Dios porque pensás que están pasados de moda? ¿Te molestan algunos hermanos y te cuesta tener comunión? ¡Cuidado con los ídolos! Si es así, Dios no está en el primer lugar.
Por eso Juan nos recuerda “guardaos de los ídolos”. Tengamos cuidado con las concesiones, tengamos cuidado con los permisos. Dios se merece que le demos exclusividad, que le demos el primer lugar y que sea lo más importante en nuestra vida. Guardémonos de los ídolos.
REFLEXIÓN – El segundo lugar no sirve.
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